Conductor Profesional, Una vida en la Carretera

Publicado por | 25 marzo, 2016 | Hogar del Transportista, Necesito Trabajo

Una VIda en la Carretera

Historias de personas que viven en ruta

Pasar la vida en el camino

Una VIda en la Carretera - Conductor SerioPara quienes han decidido dedicarse a la profesión de transportistas resulta frecuente el tener que pasar gran parte de su vida diaria en los recorridos por carretera al punto que se podría decir que sus vidas se desarrollan prácticamente en el camino, pues llegan a pasar más tiempo viajando que compartiendo con la familia. Es un sacrificio que pocos están dispuestos a hacer pero que muchos otros asumen para poder sostener a sus familias y costear los estudios de sus hijos. A continuación se presentan algunos testimonios y relatos de personas que han vivido la experiencia de pasar gran parte de sus días transitando una ruta terrestre.

La Paciencia, clave en la vida del Conductor Profesional

Por ejemplo, Javier Ramos un camionero colombiano expone: “Llevo 15 años recorriendo las carreteras del país. Lo más importante en este oficio es la paciencia, pues uno tiene que saber que va a dormir poco, que estará viajando casi todos los días de la semana y que de pronto no llegará cumplido a su destino por culpa de uno que otro derrumbe”. Esta realidad no es un caso particular que compete solo a este hombre, se trata de las circunstancias de vida que acompañan a muchos conductores, tener que asumir largos viajes implica, entre otras cosas, dormir poco, comer a deshoras, descansar solo por momentos, asearse rápidamente para ganar tiempo, en fin un estilo de vida agotador al cual solo llegan a acostumbrarse unos cuantos valientes.

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Mujeres de profesionales en Ruta

Un conocido testimonio acerca de la vida de los conductores de carretera es una célebre carta que dejo un camionero canadiense cuyo camión cayó por un desfiladero en una ruta cercana al cerro Steamboat de Alaska, consciente del poco tiempo de vida que le quedaba decidió escribir una conmovedora carta para su esposa en la cual expone, cosas como la siguiente: “Solías decir, en broma, que yo amaba más al camión que a ti, porque pasaba más tiempo con él” y continua más adelante exponiendo: “Pienso en los aniversarios y cumpleaños sin mi presencia. En los actos escolares a los que fuiste sola, porque yo estaba en la ruta. Pienso en las noches que pasaste sola, preguntándote dónde estaría yo, cómo irían las cosas”; esta inquietante reflexión hecha por un hombre al borde de la muerte deja un poderoso mensaje para quienes se dedican a la profesión de transportistas, en relación al sacrificio que representa alejarse por tanto tiempo de la familia y si en realidad el dinero logra compensar ese esfuerzo.

Los Peligros del Camino

Además, de las incomodidades personales y el alejamiento del núcleo familiar otro aspecto que exponen quienes han tenido una vida de trabajo en las carreteras es el riesgo que se corre debido a los peligros en el camino, en más o menos proporción dependiendo del país y las rutas particulares que se recorran siempre existen ciertas eventualidades que deben enfrentarse y para las cuales difícilmente se puede estar preparados. Un ejemplo extremo es el de Taj Mohammad Wakily, Conductor en las carreteras de Afganistán, quien comenta: “Durante mis 25 años como conductor en UNOPS he visto crecer la oficina bajo 14 directores diferentes, he ayudado a contratar a casi 200 conductores y los talibanes me secuestraron y mantuvieron preso durante 45 días. A pesar de llevar años en este trabajo, mi mujer y mis seis hijos siguen comprobando que he llegado bien a mi destino”.

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Hay un algo o un mucho de aventura

La fidelidad de este hombre a su profesión en una zona tan riesgosa le ha hecho testigo de numeroso relatos que suele contar sin la mayor sorpresa, entre los episodios vividos se encuentran, asaltos, noches a la intemperie, estar en manos de grupos talibanes, explosiones de otros vehículos o autobuses en la carretera, ataques a convoyes militares, en fin una extensa lista que hasta ahora no le han hecho desistir de levantarse cada día a las 4 de la mañana para emprender su trabajo; y a pesar de esto es capaz de expresar: “Me gusta mi trabajo como conductor porque disfruto hablando con la gente, compartiendo historias y riendo de camino a nuestro destino”.

Y es que definitivamente, con todas las dificultades la profesión de conductor también puede tener muchas gratificaciones que son reconocidas por quienes se han dedicado a esta labor por muchos años, como lo testifica Claudio Ibarra un camionero chileno: “Desde los 20 años comencé en este oficio, me ha dado alegrías y sinsabores, me ha permitido proveer para mi hogar, tiempo y espacio mental para hacer lo que me gusta… el arte, la música y la fotografía. Y por supuesto, conocer, viajar, observar, que es algo que me encanta”.

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